EL IMPERIO Y SUS MEDIOS CONTRA VENEZUELA

Esta mañana asistimos, una vez más, a ver como los medios de (in)comunicación y de (des)información vuelven a la carga en su campaña de intentar desacreditar los resultados electorales obtenidos por el chavismo en Venezuela. La demagogia, las mentiras y las verdades a medias, y cuando no las falsedades más groseras se están volcando a discreción sobre los ingenuos lectores y radioyentes.

Esta mañana dicen en TVE, y se quedan tan panchos, que el ministro español, de Asuntos Exteriores, señor Margallo lo único que ha hecho ha sido  ofrecerse como mediador en la crisis existente entre la oposición venezolana y el gobierno. Ya tenemos aquí otra de las mentiras que nuestros medios, sus medios que no nuestros, nos colocan. Mentira descarada por cuanto en Venezuela no existe tal crisis, lo que existe es  el enfrentamiento al que la oposición, auspiciada por el gobierno de los EE.UU. y algunas cancillerías de Europa y del resto del mundo está queriendo llevar a cabo contra el LEGÍTIMO gobierno venezolano. Es por ello que el señor Margallo lo que debe hacer es no interferir, ni echar leña al fuego y dedicarse a solucionar los problemas que tenemos los españoles y que no son pocos.

Otro botón de muestra de las mentiras interesadas que nos sueltan y propalan por doquier los medios del capital es la siguiente: el Parlamento le niega la palabra a la oposición. Esto dicho así suena muy fuerte y por supuesto antidemocrático por parte del Parlamento venezolano, pero lo que no especifican es que esa oposición no reconoce a ese Parlamento, ni siquiera a ellos mismos, por cuanto dicen que las elecciones han sido fraudulentas, y consecuentemente a ello, los resultados, con lo cual ¿Qué hacen formando parte de ese parlamento? Precisamente por eso es por lo que el Presidente de dicho órgano les ha dicho que vayan a hablar a los medios de comunicación y a la calle.

CONCLUSIÓN: Estamos asistiendo, una vez más, a la puesta de largo de una operación de acoso y derribo contra un gobierno legítimo emanado de unas elecciones democráticas y limpias como así lo han dicho todos los observadores internacionales, incluidos los norteamericanos y los europeos.